Dolor cervical: causas y tratamiento

septiembre 06, 2019
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¿A poco no te pasa que, luego de estar varios minutos encorvado viendo el celular, sientes una punzada en la parte alta de la columna? Si contestaste que sí, eres una víctima más de uno de los padecimientos clásicos de la vida moderna: la cervicalgia o dolor de cuello.

Por mencionar un dato curioso: se estima que movemos la cabeza unas 600 veces por hora lo que, sumado a una larga expectativa de vida, el trabajo, la vida sedentaria y la pérdida de masa muscular que la acompaña, representa un escenario propicio para el origen de sintomatología dolorosa y problemas degenerativos en esta zona del cuerpo.

Por eso, en este artículo te queremos contar sobre las principales causas de esta lesión, así como los síntomas más comunes y las técnicas de rehabilitación para casos de dolor agudo.

Cervicalgia: lesión común

El sistema de músculos, ligamentos y tendones que componen la columna cervical no solamente se encarga de sostener la cabeza, sino también alberga y protege la delicada médula espinal y permite el amplio rango de movimientos de cabeza y cuello.

Sin embargo, la misma flexibilidad de esta estructura la vuelve susceptible a lesiones como esguinces o torceduras.

Así, las causas de la cervicalgia pueden ser múltiples, pero las más comunes se derivan de malas posturas, contracturas o distensiones musculares.

Una mala higiene postural (como dormir sin almohada o pasar mucho tiempo inclinado frente al monitor de la computadora), una fuerza violenta (como el latigazo cervical clásico de los accidentes automovilísticos) o una hiperflexión-hiperextensión del cuello (como en una sacudida o golpe fuerte en deportes de contacto), son ejemplos de situaciones que provocan estas lesiones.

En cada uno de estos casos, diferentes partes de la columna cervical se ven afectadas: en torceduras, músculos –como el esternocleidomastoideo y el trapecio– y tendones (bandas de tejido fibroso que conectan los músculos con los huesos) son los que reciben la mayor parte del daño.

Por su parte, los ligamentos (bandas de tejido fibroso que conectan las vértebras entre sí y dan estabilidad a las articulaciones) son más afectados en un esguince cervical.

Así, el dolor llega cuando ligamentos y tendones se estiran o se tuercen más allá de sus límites normales.

Incluso, en casos de traumatismos y accidentes severos, los huesos de la columna vertebral, los discos entre los huesos y algunos nervios pueden verse dañados.

Síntomas y tratamientos

Los signos de cervicalgia a menudo se presentan dentro de las primera 24 horas de la lesión. Además de las molestias y la rigidez en el cuello, estos pueden incluir:

  • Inflamación alrededor del tejido lesionado.
  • Espasmos musculares dolorosos.
  • Dolor de cabeza que generalmente empieza en la base del cráneo.
  • Dolor en los hombros o en la parte superior de la espalda.

Cuando la lesión es leve, la mayoría de estas dolencias pueden mejorar en pocas semanas siguiendo un plan de tratamiento que incluye la toma de analgésicos y rutinas de ejercicios.

No obstante, las lesiones cervicales pueden evolucionar con el tiempo. Así, y debido a las estructuras circundantes del cuello, en casos de dolor agudo pueden presentarse síntomas asociados como:

  • Hormigueo o entumecimiento en brazos y manos
  • Fatiga
  • Mareos
  • Pérdida de fuerza o sensibilidad
  • Visión borrosa
  • Zumbido en los oídos (tinnitus)
  • Alteraciones del sueño
  • Irritabilidad
  • Dificultad para concentrarse
  • Problemas de memoria
  • Depresión

Si estas complicaciones se prolongan por meses o se agravan, la terapia fisica es la mejor alternativa para recuperar movilidad y funcionalidad completas.

Fisioterapia contra la cervicalgia

Los métodos de tratamiento de la cervicalgia dependerán de la gravedad de la lesión, así como de los objetivos terapéuticos en las diferentes etapas de rehabilitación.

Entre las técnicas más efectivas para disminuir el dolor y la inflamación de los tejidos, así como para recuperar fuerza y movimiento normales, están:

  • Termoterapia

Hay dos modalidades: superficial (por medio de luz infrarroja) y profunda (por microondas). Su aplicación dependerá de factores como la sensibilidad del paciente al calor o si tiene prótesis metálicas o marcapasos, además de si presenta alteraciones en la presión arterial o mujeres embarazadas.

  • Ultrasonidos

Se aprovecha el efecto mecánico que producen pulsos de estas ondas en varias frecuencias y presiones para generar un calentamiento tisular y un efecto trófico regenerador de la zona lesionada.

  • Electroterapia

Se colocan electrodos siguiendo el trayecto de los músculos dolorosos, a través de los cuales se aplican corrientes portadoras que estimulan las fibras sensitivas así como la producción de endorfinas, que actúan como opiáceos endógenos.

  • Masoterapia

Consta de técnicas de masaje, deslizamiento y tensión de las fibras musculares que, además de brindar relajación muscular y un efecto analgésico en los puntos dolorosos, permite la aproximación al paciente la evaluación de la lesión mediante la palpación.

  • Punción seca

Técnica semi-invasiva que utiliza agujas de acupuntura para el tratamiento del síndrome de dolor miofascial, producido por los llamados puntos gatillo (nudos dentro del músculo trapecio, por ejemplo).

  • Activación neuromuscular

A través del uso de cuerdas elásticas en suspensión y aparatos vibratorios, la terapia de activación neuromuscular (Neurac en inglés) corrige disfunciones en cadenas musculares (como la fuerza de estabilidad) y actúa como método analgésico natural.

Caso de éxito

En entrevista con el portal Redcord Ibérica, el fisioterapeuta español Rogelio Pinzón describió la manera en que una paciente con dolor cervical y dorsal se benefició de la terapia de activación neuromuscular, que recibió en una clínica de rehabilitación especializada:

“…había tenido una evolución muy mala durante 8 meses de esguince cervical y dorsal, al mismo tiempo con una fractura L4 por la que fue operada. Su movimiento era mínimo y muy rígido (parecía un robot). Había pasado por otras técnicas de fisioterapia (…) y no había tenido buena experiencia. Comenzamos a tratarla con Neurac, se le hicieron 5 sesiones y los cambios ya eran muy notorios. Incluso, el dolor de cabeza recurrente y visión borrosa desaparecieron y ella en la actualidad se mueve de una forma muy natural”.

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