Cómo volver al ejercicio después de una lesión

junio 14, 2019
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Aunque pueda sonar exagerado, podría decirse que cuando una persona amante del ejercicio sufre una lesión siente algo similar a una desilusión amorosa. Y por lo mismo, no es raro que caiga en depresión o sienta ansiedad por regresar a eso que se percibe como un bien en su vida.

Y es que todos estamos expuestos a padecer limitaciones de movimiento o perder la funcionalidad tras una lesión, independientemente del grado de la misma y sin importar que uno sea deportista primerizo o experto en fitness.

Así, al estar lesionado debes estar consciente de que la recuperación es un proceso que toma tiempo, y de que la mejor forma de regresar al ejercicio es ir de la mano de expertos en medicina y rehabilitación física.

Por el contrario, si empiezas a ejercitarte de manera precipitada con el fin de recobrar tu estado de forma anterior a la lesión, incluso podrías provocar nuevos daños… ¡como en tu corazón cuando le mandas mensajes a tu ex!

En estos casos, un fisioterapeuta deportivo en México te puede recomendar los mejores tratamientos. En tanto, aquí te compartimos unos consejos para que puedas sobrellevar tu proceso de recuperación.

Prevención, la mejor solución

Antes que nada, debemos recordar que hay varios tipos de lesiones: desde músculos adoloridos por una distensión o esguince, pasando por la inflamación de tendones (tendinitis), el desgarro de ligamentos o una articulación dislocada, hasta llegar a las temidas fracturas de hueso.

“La falta de fuerza o tono muscular, la falta de flexibilidad o de equilibrio, pueden predisponernos a sufrir una lesión. Muchas veces, la lesión ocurre por abusar (usar excesivamente) un músculo o una articulación o por hacer un movimiento repetitivo”, señala el sitio Vida y Salud.

Así, la mejor forma de evitar las lesiones es elegir “inteligentemente” el tipo de entrenamiento o actividad física, es decir, teniendo en cuenta nuestras capacidades y limitaciones.

De igual modo, siempre se debe realizar cada movimiento conforme a las indicaciones de los instructores, adoptar las posturas correctas en cada paso y, sobre todo, el calentamiento antes de empezar y los ejercicios de “enfriamiento” al finalizar.

Recuperación en 5 pasos

1. Consulta a tu médico

Antes de empezar cualquier terapia de rehabilitación, la primera recomendación es consultar con tu doctor cuál es el programa que se adapta mejor a tus necesidades.

Asimismo, y en conjunto con tu fisioterapeuta, el médico podrá recomendarte varios tipos de ejercicios de recuperación basados en tu tipo de lesión, con el fin de fortalecer músculos y preparar el terreno para la readaptación física.

2. Ten paciencia y “escucha” a tu cuerpo

No te desesperes: aunque las lesiones leves se pueden resolver en unos cuantos días, otras pueden llevar meses. Lo más importante es que pongas atención a las señales de tu cuerpo y, ante cualquier recaída, consultes lo antes posible con tu médico.

3. Afina tu rutina de estiramientos

Por muy obvio que suene, los estiramientos son fundamentales en todo programa de entrenamiento, pero son aún más importantes cuando quieres volver a ejercitarte después de un tiempo de inactividad por lesión.

Checa con tu fisioterapeuta cuáles son los estiramientos más recomendados. En particular, programas como Active de TherapyCord eliminan desequilibrios musculares a través de ejercicios en suspensión, los que ofrece como principal ventaja la mejora funcional sin dolor.

4. Respeta el periodo de adaptación

La adaptación consiste en realizar los entrenamientos a un ritmo mucho menos intenso y sin forzar el cuerpo. Lo importante es monitorear antes y durante la actividad la respuesta de la parte del cuerpo lesionada para no forzar los movimientos.

En promedio, si la persona estuvo inactiva por más de un mes, necesitará al menos una semana de adaptación.

5. Sigue un programa de rehabilitación especializada

La rehabiitación de la lesión debe ser progresiva, a modo de recuperar la fuerza perdida y aumentar la extensión del movimiento hasta que el paciente pueda realizarlo sin dolor.

Para esto, las terapias de ejercicios deben incrementar gradualmente los niveles de resistencia, coordinación y estimulación neuromuscular, hasta que la persona sea capaz de hacer su rutina sin la ayuda del fisioterapeuta.

Cabe apuntar que la terapia se puede complementar con la aplicación de masajes o vibración en la zona afectada, u otras técnicas similares que ayuden a relajar y fortalecer los músculos de forma segura.

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