Osteoporosis: 5 tratamientos típicos contra esta enfermedad
En la actualidad, no cabe duda que las mujeres en edad adulta gozan de una plenitud y vitalidad nunca antes vistas, y frases como “los 50 son los nuevos 30” lo demuestran. Sin embargo, la enfermedad de la osteoporosis sigue cerniendo su sombra sobre esta población pese a que los sistemas de salud han avanzado drásticamente comparados con los de épocas pasadas.
Y es que se estima que a nivel mundial cada tres segundos se produce una fractura de hueso causada por esta enfermedad. Mientras que, de acuerdo con cifras del IMSS, hoy en México las mujeres mayores de 50 años tienen una prevalencia a sufrir fracturas en la columna lumbar y en la cadera de 17 y 16%, respectivamente, incidencia que aumenta con la edad.
Enemigo silencioso
La osteoporosis se caracteriza por la disminución de la masa ósea, lo que eleva las posibilidades de sufrir fracturas.
Las secuelas pueden derivar en el deterioro en la calidad de vida de la paciente pues, además de limitaciones físicas y dolor crónico, también pueden causar depresión y pérdida de la autoestima.
Aunado a esto, la directora de la Unidad Clínica de Epidemiología del Hospital Infantil de México, Patricia Clark, considera que este padecimiento tiene un considerable impacto económico, esto si consideramos que muchas de estas mujeres trabajan y además se hacen cargo de sus padres mayores o de sus nietos.
Cabe mencionar que entre los principales factores de riesgo están: una menopausia precoz, antecedentes de facturas en la familia, la falta de actividad física, tabaquismo y alcoholismo.
Un problema adicional es la falta de síntomas de la enfermedad, pues sólo entre un 20 y 40% de las personas comienza un tratamiento hasta que sufre una fractura.
Tratamientos recomendados
Aunque la medicina sigue en la búsqueda de un protocolo que logre no sólo en detener el desarrollo de la osteoporosis, sino también regenerar el hueso, en la actualidad, los principales tratamientos disponibles para lograr una buena salud ósea son:
1. Medicamentos
Dependiendo del diagnóstico y de los resultados de estudios de laboratorio (por ejemplo, la densitometría ósea), tu médico puede recomendar un tratamiento con bifosfonatos (vía oral o intravenosa) que retrasan la descomposición ósea.
Otros tratamientos farmacológicos incluyen: estrógenos selectivos, hormona paratiroidea o terapia de reemplazo hormonal, aunque éstos dependerán de las condiciones y efectos secundarios en cada paciente.
2. Calcio y vitamina D
La toma de compuestos de calcio, combinada con una adecuada ingesta de vitamina D, ya sea por medio de alimentos o suplementos, forma parte de un plan completo para la prevención o el tratamiento de la osteoporosis.
Así, tu médico o nutriólogo deberá recomendarte una dosis acorde con tus requerimientos diarios de consumo, edad y dieta, tomando en cuenta factores como la intolerancia gastrointestinal, que podrían complicar su adherencia.
3. Fajas
Ante la incidencia de fracturas por compresión en la columna vertebral, éstas en su mayoría se tratan con una faja lumbar hasta por 12 semanas, con el fin de que no se mueva la zona y se genere más daño. También se pueden combinar con analgésicos y fisioterapia.
4. Procedimientos ambulatorios
Si el dolor lumbar persiste, aun después de 1 a 2 semanas de reposo y tratamiento farmacológico, la vertebroplastía y la cifoplastía podrían ayudar a regresar al hueso a su lugar y evitar que se rompa más.
Tu médico puede usar la guía por imágenes para inyectar una mezcla de cemento en el hueso fracturado (vertebroplastía) o insertar un balón en el hueso fracturado para crear un espacio y rellenarlo con cemento (cifoplastía).
Después de una intervención como estas, un 75% de los pacientes normalmente reporta mayor movilidad y se vuelve más activo.
5. Ejercicio y fisioterapia
Contrario a la creencia de que las pacientes con osteoporosis deben evitar toda actividad física, ciertos tipos de ejercicio fortalecen los músculos y mejoran el equilibrio, todo ello con miras a proteger los huesos y prevenir caídas.
En este aspecto, la fisioterapia puede evaluar la condición física de la paciente y ajustar la intensidad, frecuencia y progresión de los ejercicios, en pro de alcanzar ciertos objetivos de recuperación en el corto, mediano y largo plazo, con mayor eficacia y precisión.
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